A la hora de abordar la compra de una empresa, es esencial que analicemos bien el proyecto sobre el que vamos a invertir, entender bien el negocio y analizar si vamos a ser capaces de devolver el préstamo, en caso de que necesitemos pedir financiación.

En primer lugar es importante entender el negocio de la compañía, ver su evolución histórica y prepara un plan de negocio planteando diferentes escenarios, con el objeto de mostrar los diferentes impactos en la generación de flujo de caja que pueden tener los diferentes escenarios económicos que se plantean en la economía.

Financiar la compra aunque tengamos lo recursos es una opción muy interesante. Para eso, debemos comapar si la rentabilidad económica del proyecto, supera el coste de endeudarnos. Si es así, es acertado endeudarse ya que el apalancamiento financiero incrementa la rentabilidad financiera.

La rentabilidad económica se mide mediante el ROIC (return on invested capital en inglés). Se calcula como el beneficio antes de intereses restando los impuestos, dividido entre la suma del patrimonio neto y la deuda con coste (a largo y a corto plazo). Es una medida de la rentabilidad que genera el negocio sin importarnos de qué forma está financiado.

La rentabilidad financiera se mide como el resultado después de impuestos dividido entre los fondos propios. Mide la rentabilidad que está obteniendo el accionista, después de pagar a todo el mundo, en relación a los recursos que ha invertido.

Si la rentabilidad económica es muy superior al coste de la deuda, nos interesa endeudarnos. Imaginamos que la rentabilidad económica de una empresa es del 10%. Si no hubiese deuda y financiásemos toda la compra con recursos propios, la rentabilidad económica sería igual que la rentabilidad financiera, es decir, un 10%.

¿Qué ocurre si incorporamos deuda en la financiación?

Imaginemos en este sencillo ejemplo que financiamos con deuda un 50% de la inversión y que el coste de endeudarnos es del 5%, muy inferior a la rentabilidad que da el negocio.

En el caso anterior, el accionista está obteniendo un 10% de rentabilidad de su inversión. Sin embargo ahora, el 50% de los recursos solo suponen un 5% y como la rentabilidad económica sigue siendo la misma (10%), esto supone que la rentabilidad financiera se verá incrementada notablemente, hasta el 15% frente al 10% que obtenía en el caso en lo que no buscábamos financiación.

Entonces, respecto a la pregunta de si es conveniente endeudarse, en este sencillo ejemplo hemos visto que sí, pero debemos ser cautos a la hora de tomar una decisión de este tipo, ya que hay muchas más variables que debemos analizar y tener en consideración:

  • Si es un negocio cíclico con mucha volatilidad en el flujo de caja, deberemos reducir la financiación ya que el apalancamiento supone asumir unos compromisos fijos para el pago de la deuda. Al banco le da igual que las ventas caigan, el querrá que le devolvamos lo que nos ha prestado.
  • Si por el contrario nos encontramos ante un negocio estable, con poca volatilidad en los flujos de caja, puede ser interesante endeudarse más para lograr incrementar la rentabilidad financiera del proyecto.
  • Otra variable importante a tener en cuenta es la necesidad futura de dedicar recursos a inversiones (CAPEX). Si nos endeudamos mucho y necesitamos en el futuro más recursos para crecer, puede que nuestro riesgo de insolvencia se incremente y que no nos presten dinero.

En PRETIVM disponemos de un equipo experto que puede ayudarle en estas decisiones.

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